Neumonía en ancianos: causas y cuidados
La neumonía es una enfermedad relativamente común que puede tener diversas causas. Existen diferentes grados de neumonía y tratamientos, aunque la alarma salta cuando nos enfrentamos a neumonía en ancianos, en niños o en personas con ciertas patologías que disparan la tasa de mortalidad.
Sí, es peligrosa la neumonía en ancianos, por lo que conviene que los cuidadores sepan reconocer los síntomas para solicitar una consulta médica de urgencias o acudir al hospital en caso de duda razonable. También vamos a contarte qué cuidados necesita una persona mayor con neumonía que pueda tratarse de manera ambulatoria o una vez ha sido dado de alta tras un ingreso.
Qué es la neumonía
La neumonía es una patología respiratoria que cursa con la inflamación de uno o ambos pulmones. Puede ser causada por virus, bacterias, hongos o, incluso, ser la consecuencia de una deglución deficiente, que provoca que una parte pequeña de los alimentos o los líquidos ingeridos pase a la tráquea y vaya descendiendo.
En el año 2022 se registraron más de 100 000 afectados en España por neumonía, y es una enfermedad muy común entre la población mayor de 80 años. De hecho, muchos ancianos fallecen por esta causa o como consecuencia de los daños que puede dejarles.
Si hablamos sobre cómo curar la neumonía en ancianos, siempre estaremos ante dos etapas: la fase aguda, que muchas veces cursa con ingreso si la persona es muy mayor, y la fase posterior, indispensable para evitar recidivas.
Qué provoca la neumonía en ancianos
Ya hemos comentado que la neumonía puede estar causada por virus, bacterias, hongos o cualquier otra causa que produzca la inflamación de los pulmones. Pero existen circunstancias que aumentan drásticamente el riesgo de desarrollar una neumonía, con independencia de su origen. En el caso de los mayores de 65 años, estos factores son los siguientes:
- Enfermedades crónicas, en especial las que afectan al tracto respiratorio inferior (bronquitis, asma, EPOC…), las enfermedades renales que requieran diálisis y las cardiopatías.
- Estar cursando ciertos cuadros víricos, como los causados por el virus del sarampión, el de la varicela y el herpes zóster, y muchos otros que afectan o pueden afectar al aparato respiratorio (virus sincitial respiratorio, parainfluenza, covid-19…). El más común es el de la gripe, motivo por el que las personas mayores deberían vacunarse cada año, salvo que exista alguna contraindicación importante, como una alergia a la vacuna.
- Tener el sistema inmunológico debilitado, por motivo de una enfermedad como el VIH o como efecto adverso de alguna medicación (quimioterapia, corticoides, inmunosupresores en trasplantados…).
- Desnutrición, malnutrición u obesidad.
- Tabaquismo o exposición a otras drogas, agentes inflamatorios o alérgicos.
Síntomas de neumonía en ancianos
Los síntomas de neumonía en ancianos con enfermedades neurodegenerativas pueden pasar inadvertidos hasta que el cuadro es muy grave. Además, en las personas mayores tiende a avanzar con mayor rapidez que en los adultos jóvenes.
En primer lugar, hay que distinguir los síntomas de una neumonía vírica de los de la neumonía bacteriana.
La neumonía vírica es la que suele cursar con mucha tos y esputos, fiebre elevada, escalofríos y una sintomatología que asociamos con la neumonía o con una gripe preocupante en personas mayores. Se suele tratar manteniendo al paciente hidratado, con aire enriquecido en oxígeno y, si se estima oportuno, con antivirales.
En cambio, la neumonía bacteriana puede darse con síntomas más discretos, incluso sin tos. Tratable con antibióticos, al ser más difícil de detectar por los cuidadores familiares, muchas veces es la que conduce a desenlaces fatales por no iniciar el tratamiento pronto o por el riesgo de recidivas. Como en el caso de la neumonía vírica, se asegurará la correcta hidratación y, si es necesario, el aporte extra de oxígeno.
Por último, también existe lo que se suele llamar neumonía silenciosa. Comprende el grupo de casos en los que la neumonía existe, pero no hay síntomas, aunque la saturación de oxígeno en la sangre desciende a niveles peligrosos. Los afectados por este tipo de neumonía, que parece darse más en pacientes con Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas, suelen necesitar una estancia inicial en la UCI.
Las personas mayores con neumonía silenciosa pueden mostrar un aumento brusco de la confusión, los problemas del lenguaje o los delirios.
Cuidados que necesita una persona mayor con neumonía
La neumonía como tal no se contagia por contacto, pero sí es posible la transmisión de los microorganismos responsables. Por ese motivo, es importante que la habitación del enfermo se ventile correctamente, aunque con precauciones: nada de corrientes si el enfermo está dentro, y atención a las condiciones de temperatura y humedad tras ventilar.
Las personas adultas y sanas encargadas de cuidar a alguien con neumonía infecciosa, en principio no corren mucho riesgo de contagio, aunque todo depende del patógeno causante del cuadro y de su virulencia. Por prudencia, deben tener una higiene cuidadosa y no compartir cubiertos, vasos, pañuelos o toallas.
La dieta del anciano convaleciente por neumonía debe ser más saludable que nunca, aunque podría darse el caso de necesitar también suero, para evitar la deshidratación, o de consumir los alimentos en forma de puré durante un tiempo, para hacer más fácil su ingesta.
Con independencia de la edad de la persona afectada, un cuadro de neumonía implica que el paciente debe guardar reposo. Según la gravedad y la capacidad de desplazarse del enfermo, podría permitirse o no acudir a pie hasta el baño.
En caso de que el cuidador sea, a la vez, una persona con alto riesgo de desarrollar neumonía, o si la infección ha sido consecuencia del virus del sarampión y el cuidador no se encuentra inmunizado, es mejor pedir ayuda domiciliaria y/o asistencia de cuidadores privados durante el ingreso en el hospital. Insistimos en que la neumonía tiene tasas de mortalidad elevada en algunos sectores de la población.
Tras ser dados de alta por una neumonía grave, las personas mayores pasan un tiempo con su aparato respiratorio debilitado y precisan de unos cuidados esmerados. Si no puedes ocuparte todo el día de una persona mayor dada de alta tras un cuadro de neumonía o necesitas asesoramiento, desde Institució Ibars podemos ayudarte.
La neumonía en ancianos es frecuente y preocupante, dado que a medida que envejecemos suele tener peor pronóstico. Una persona de más de 65 años con neumonía suele pasar unos días ingresada, en planta o en UCI, aunque sea por precaución. Una vez dada de alta, los cuidados continúan, pues hace falta superar la enfermedad y dar tiempo a que el organismo se recupere.
Si no puedes atender como te gustaría a una persona mayor con neumonía, en el hospital o en el domicilio, solicita ayuda profesional. No dudes en hacerlo también si tú, el cuidador principal, eres un paciente a quien el contagio podría suponer un grave peligro por tu historial clínico.
- Posted by Santa ana Institución
- On 7 mayo, 2024
- 0 Comments
0 Comments